viernes, mayo 12, 2017

Mi pasado "negro" como caricaturista

Después de 20 años confieso que fui yo el autor material de este panfleto (mas no el  autor intelectual).
Cursaba el sexto semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación y llevaba apenas unos meses trabajando como caricaturista político en el periódico El Porvenir.
Recuerdo que me contactaron unos supuestos representantes de un supuesto Frente Democrático Universitario, cuyas intenciones eran "revelar las verdades" sobre el candidato que -según las encuestas y los medios- llevaba la delantera en la carrera por la gubernatura de mi estado.
La verdad acepté dibujar el panfleto porque me lo iban a pagar, no porque tuviera una ideología política definida o algo personal o en contra de Fernando Canales Clariond, ex gobernador de Nuevo León por el Partido Acción Nacional del año 1997 al 2003.

En ese tiempo, Paco Calderón, caricaturista estrella del Reforma, El Norte y Mural (grupo editorial que apoyaba abiertamente al candidato del PAN), había ilustrado un cómic de cuatro páginas a favor de Canales, por lo que el tal Frente Democrático Universitario quería "sacar algo igual, pero en su contra", y pues me contactaron a mí para hacer el trabajo -sucio- que, obviamente, no le llegó ni a los talones al de Paco Calderón, snif.  

El problema se vino dos días antes de las elecciones, cuando dieron a conocer la noticia de que el mentado panfleto en contra del mencionado candidato se estaba imprimiendo en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Y pues sí: se hizo un pedote porque, pues, "¿cómo era posible que la casa de estudios más importante de Nuevo León, autónoma ella, se prestara para tales cosas?, ¿quién o quiénes eran los culpables?, ¿quién le había dado el pitazo a las autoridades y a los medios?", bla bla bla. La verdad yo sí andaba bien asustado de que el mundo se enterara que había sido yo el que había ilustrado la publicación aquella. Aunque había hecho los trazos algo desproporcionados y cambiado un poco mi estilo a propósito -para "disimular"-, me asustaba pensar que me descubrieran. Me preocupaba más porque estaba "en pláticas" para entrar a trabajar al periódico El Norte, y pensé que si se enteraban de esto, no me darían el trabajo y mi carrera -que apenas comenzaba- se vendría abajo por este suceso. También me preocupaba que me relacionaran con el PRI. Total que estuve todo paranoico por algunos días y a la mera hora no pasó nada. Bueno, sí pasaron cosas, pero nada grave: ganó Canales Clariond, dejé El Porvenir, entré a trabajar a El Norte -donde duré 13 años- y nunca nadie -bueno, uno que otro- supo de esto.

Y analizando la primera plana de aquel periódico en donde salió el panfleto que hice en contra de un candidato a gobernador, veo con tristeza que, después de 20 años, las cosas no han cambiado mucho, snif. Siguen los mismos problemas -agravados- y el mismo sueño estúpido de que, algún día, "los jóvenes" -sólo por ser jóvenes y salir a votar- salvarán a este país.

lunes, mayo 08, 2017

Los Sobrevivientes

Hurgando entre cajas viejas encontré este cómic que hice a la edad de 14 años; allá, a principios del 91, año inolvidable para cualquier melómano, pues estuvo repleto de éxitos musicales que se convirtieron en clásicos: Losing My Religion, de R.E.M.; Smells Like Teen Spirit, de Nirvana; To Be With You, de Mr. Big; Don´t Cry, de Guns N´ Roses; etc. 

Sí, yo sé que tal vez una cosa -cómics amateurs- no tiene que ver con la otra -música famosa-, pero nomás quería mencionarlo como contexto histórico (y para echarles más rollo, jejeje).

Como les decía, el cómic que rescaté del olvido en el fondo de una caja de cartón se llama "Los Sobrevivientes", y es una historia dizque futurista, de muchos balazos y explosiones, sin mucho sentido y, aparte, incompleta: sólo hice 9 páginas y lo dejé por la paz, snif. Creo que en aquella época estaba "influenciado" -por no decir que "todavía no superaba"- por Jayce y los Guerreros Rodantes y los Halcones Galácticos; además de que cargaba en mi mente con todos esos clichés de las películas de acción y quería dibujarlos a la menor provocación. Por ejemplo: la típica que van a matar al mero mero por detrás pero llega alguien más y le dispara al malo que está detrás del bueno y lo salva. También estaba obsesionado con las posiciones de los cuerpos y las perspectivas: entre más difíciles de dibujar fueran, mejor. Era un reto personal que me gustaba ponerme; aunque, como podrán darse cuenta por las 9 páginillas que hice, no duraba mucho cumpliendo estos desafíos, snif. 

Ya por último: las libretas de cuadrícula chica eran mis favoritas para dibujar, no sé si porque nací con alma de rotulista o qué pedo. Total que este pequeño hallazgo me trajo muy buenos recuerdos y me dieron más ganas de seguir dibujando. Que disfruten mis garabatos primitivos. Buen inicio de semana.