miércoles, mayo 26, 2010

Gaytorade

Tantas cosas que deberíamos agradecerle a nuestros hermanos los homosexuales.

Para empezar, no se reproducen (le hacen un bien al planeta) y nos dejan a todas las viejas nomás para nosotros (aunque las méndigas lesbianas son las que ahora nos hacen la competencia, snif). Tienen buen gusto para escoger muebles, diseñan ropa chida, nos cortan el pelo al último grito de la moda (de hecho, decir “último grito de la moda” es bien de gays), han revivido las carreras de Yuri, Laura León, Gloria Trevi y son altamente graciosos cuando se disfrazan de Paulina Rubio o imitan a Juan Gabriel.

Pocas personas –entre ellas, yo, que soy un genio incomprendido- se ponen a pensar en los problemas que pudieran evitarnos las parejas que gustan de “jugar a las espaditas” o “frotarse sus mejillones” si quienes dictan las leyes y normas sociales abrieran tantito su manera de percibir las cosas.

La mayoría de la gente se indigna con el simple hecho de pensar que algún día en todo México -o en todo el mundo-, los homosexuales puedan casarse y adoptar niños (dicen que nadie aprende de desgracias en cabeza ajena, por eso yo digo que hay que dejar que la caguen, a ver si así se les quitan las ganas de andar haciendo lo que hacen los heterosexuales, jejeje).

“Ay, es que imagínate que tu hijo esté en el salón con un niño que tiene dos papás o dos mamás, ¿cómo se lo explicas?, o: “¡Ay, es que van a hacer a ese pobre niño jotito o marimacha o degenerado!”, son nada más un par de las tantas excusas que esgrimen los asustadizos. Pero yo les digo que no se preocupen, que ésos como quiera nacen con o sin padres homos.

Ya, fuera de broma, a lo que voy es que, si agilizaran los trámites burocráticos para la adopción de menores y se les permitiera a las parejas del mismo sexo adoptar y criar chamacos, nos harían un enooorme favor. Con tantita inteligencia, tolerancia, ganitas y programas funcionales de adopción, posiblemente hasta se evitarían los abortos que tanto hacen lloriquear a las autoridades, a la iglesia pedófila y al niñito Jesús con camiseta de los Rayados del Monterrey que está en la iglesia de mi barrio.

Imaginen si todos esos chamacos que van a tirar a la basura, al drenaje o a abandonar a su suerte en la calle o –peor tantito- en una casa hogar, se los dieran a los homosexuales que anhelan ser padres y, al mismo tiempo, le dieran la oportunidad de ser abuelos a todos esos ñores que habían perdido la esperanza de serlo desde que vieron a su hijo imitando los pasos de baile de Britney Spears. Les aseguro que habría menos abortos, menos niños sin amor, menos niños no deseados, menos niños maltratados, menos niños pidiendo limosna. En conclusión: menos delincuentes en potencia o parásitos que en un futuro tendrán un costo social. Ah, y si aparte se hacen “mariscos”, como sus padres, pues más viejas para los machines y hasta las lesbianas salen ganando, jejeje.

Repito: deberíamos ser respetuosos y estar agradecidos con los homosexuales, pues ellos vienen de un planeta lejano (T-Pi-Ko el Urano, creo que se llama) a salvarnos de muchos problemas a los que se les busca solución desde hace mucho tiempo. Lástima que vivamos aquí.

Que tengan muy buen miércoles. Le mando un abrazo machín a mis lectores varones, un beso en la mejilla a mis lectoras y un respetuoso piquete de cola a mis lectores gays.