miércoles, diciembre 31, 2008

martes, diciembre 30, 2008

Casi 6 mil muertes violentas relacionadas al crimen organizado en el país durante el año. Estamos mal. Y digo: “estamos mal” porque son muy poquitas.

Un estudio (quesque muy serio porque yo leo puras cosas muy serias) dio a conocer que, al menos, un millón de mexicanos están ligados al crimen organizado. Por eso digo que andamos muy mal, pues, si se quiere acabar con el problema, esa cifra de 6 mil muertos debería triplicarse.
Con 6 mil asesinatos por año –suponiendo que los 6 mil muertos son “malitos”-, en 10 años habrán muerto 60 mil criminales; en 50, 300 mil; en 100, 600 mil, y quedarían todavía 400 mil por exterminar. Una guerra de más de 100 años es mucho tiempo y está de hueva. Yo, la neta, quisiera ver resultados positivos antes de morir y no morir sintiendo repudio y desesperanza contra esta nación de bribones.

Por eso insisto que se debe de triplicar la cifra de muertos. O mejor aún, quintuplicarla. Qué franja de Gaza ni qué la chingada. Qué Vietnam, Guerra del Golfo ni qué nada. Es más: hasta a Hitler hemos de pasarnos por los huevos.

Ahí está el estado de Chihuahua, aprendamos de su ejemplo: 2500 muertos en sólo un año es de admirarse. Si de perdido 10 estados del país contribuyeran con cifras como ésta (y no con los pinches 60 ejecutadillos que aportó Nuevo León, pfff), en el año tendríamos 25 mil muertos. Esto significa que el problema del crimen organizado acabaría en 40 añitos (dando por hecho que es cierta esa cifra del millón de malandros).
Échenle números, hagan sus cálculos, inviértanle, y que el próximo año sea más violento y sanguinario que éste.

Amén.

domingo, diciembre 28, 2008

Me acabo de enterar que uno de mis poemas favoritos tiene un cortometraje animado, está gratis en Youtube y subtitulado al español. Mejor regalo no puede existir.
P.D. Y, para acabarla de chingar, es de Charles Bukowski, snif. Véanlo aquí.

miércoles, diciembre 24, 2008

Se nos espantó el sueño durante la madrugada. Me paré a miar y regresé corriendo a meterme en la cama. Mi peso y el jaloneo de las cobijas la despertaron, aunque intenté ser delicado. Le pedí perdón y sonrió. Me confesó que ya estaba despierta: que mis ronquidos la habían levantado minutos antes. Sonreí y le volví a pedir perdón.

Ya no dormimos. Platicamos un chingo.
Podía distinguir su sonrisa y su mirada atenta en la penumbra.

“La igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y gente de raza negra se creó con el único fin de cobrarle impuestos a la otra mitad de la población mundial. Todo lo que parece bueno en realidad tiene un trasfondo macabro”.

“Espero que todos los pinches mocosos que hayan visto Wall-E hayan captado el mensaje y lo ponga en práctica cuando dominen el mundo. ¡Qué peliculón!”.

“No te dije… ¿Te acuerdas del Starbucks que pusieron a lado de la casa donde viví de niño? Bueno, pues lo van a cerrar. Ojala quiebren todos a chingar su madre. ¿Que se van a perder muchos empleos? ¡Qué bueno! A ver si así la gente aspira a tener mejores trabajos y a crear empresas que compitan contra la mierda gringa que nos imponen”.


Rió varias veces. No sé si le gusta que esté peleado con el mundo o simplemente le dan ternurita las pendejadas que digo.

La luz de la mañana clareó el cuarto. Los soles negros de nuestras retinas se encogieron un poco y una lagaña transparente en medio de mi ojo hizo que viera puntitos de colores en el aire.

-Así quisiera que fuera el resto de mi vida –dijo.
-¿Cómo?: ¿que fuera navidad todos los días?
-N´ombre, güey, ja ja ja… Así: sin hora para dormir, sin plática que haga falta, sin hora para despertar… Con ningún compromiso que cumplir.

Sonó la alarma del despertador a la media hora. Lo bello dura poco.
El viento apagó el bóiler por la noche. Nos vestimos temblando y sin bañar. Ella se fue a hacer sus pendientes laborales. Yo manejé al negocio con un gallo en el poco pelo que tengo, decidido a ser el campeón en ventas de cajas de cartón navideñas. Decidido a que, algún día, nuestros días sean así, como ella dijo.

martes, diciembre 23, 2008

Cuento navideño de actualidad actual y verídico

La inesperada junta de trabajo le arruinó a Fernando el plan de comer con Deyanira.
Debía existir un motivo importante para haber sido llamado –junto con los demás empleados- a presentarse el sábado a las 2 de la tarde en las instalaciones de la empresa.
“Van a entregar los aguinaldos”, pensó emocionado, mientras visualizaba el Winnie Pooh gigante que días antes había visto en Plaza Morelos y jamás mencionó a su novia para que fuese una sorpresa en navidad.

No los hicieron esperar. A como iban llegando, Blanquita, la secretaria, los hacía pasar a la sala de juntas. Al final, ya que todos estaban sentados, entró el dueño de la compañía.
Pocas veces se presentaba en las instalaciones. Fernando había coincidido con él en un par de ocasiones, pero ninguna de las dos veces el hombre respondió al “buenos días” que brotó temeroso de sus labios.

El dueño de la empresa se paró en el estrado alfombrado, agradeció la presencia de todos y se soltó hablando.
Habló de la crisis financiera, de la economía mundial y de lo difíciles que se pondrán las cosas el próximo año. Mencionó que deberían de estar agradecidos y sentirse bendecidos por tener un trabajo. Fue entonces que se las soltó sin decir “agua va” o “pónganse vaselina para que resbale mejor”.

-No habrá aguinaldos -dijo, y sonó más feo que una mentada de "tu abuelita en bicicleta sin asiento".

A todos se les cayó la cara hasta el piso. A Fernando se le esfumó la nube encima de su cabeza con la imagen del Winnie Pooh gigante.

Un valiente, sentado a un par de asientos a la derecha, se aventuró a externar su inconformidad alzando la mano. El jefe le pidió que se pusiera de pie para escucharlo. El empleado dijo que no le parecía justa esa medida, que era una práctica abusiva, ilegal y que tenía esposa e hijos a quienes rendirles cuentas.

-La puerta está muy grande. Si te parece ilegal, mañana aquí te espero con tus abogados –respondió el dueño cínicamente.

Nadie dijo nada. Todos pelaban los ojos y se miraban unos a otros, como manada asustada. El valiente negó con la cabeza y se sumió de nuevo en su asiento.

-Te digo que mañana te espero aquí con tus abogados. Haz el favor de retirarte –insistió el jefe ante la incertidumbre del auditorio.

El valiente se puso de pie balbuceando malas palabras que no se atrevía a gritar. Dos guardias de seguridad lo escoltaron hasta la salida cuando se armó de valor, apuntó con el dedo índice al dueño y le dijo: “Es usted un pinche viejo miserable”.
El jefazo ni siquiera lo volteó a ver. Prefirió cazar muecas de aprobación en los demás empleados ante lo espetado por el revoltoso. Fernando reprimió su sonrisa cuando el patrón le sostuvo la mirada.

Pasado el incidente, el dueño les recordó lo agradecidos que deberían de estar por tener un trabajo en épocas tan difíciles. Un trabajo miserable y esclavista, pero trabajo al fin. Trabajo que les aterrorizará perder –y, qué decir, dejar voluntariamente- porque la mayoría tienen hijos que alimentar, vestir y educar; mensualidades atrasadas de coches compactos, rentas de casas sin patio, lavadoras defectuosas y refrigeradores golpeados en un costado. O como Fernando: un Winnie Pooh gigante que regalar a una novia que ni las nalgas le ha aflojado.

Al finalizar, cuando dio por hecho que nadie más se atrevería a cuestionarlo y que la domesticación del rebaño había tenido éxito; el dueño dijo un par de frases motivacionales que sonaron más falsas que las tetas de Ninel Conde. Bajó del estrado, agradeció de nuevo su presencia, dio las buenas tardes y se retiró. En el estacionamiento, subió en su camioneta Porsche Cayenne y enfiló con rumbo al aeropuerto. Su familia lo esperaba en Lake Tahoe.

“Tanto la miseria como la abundancia saca lo peor de las personas. Los miserables se vuelven muertos de hambre y hacen lo que sea por conseguir un trozo de pan; los millonarios también se vuelven muertos de hambre, pues nunca quedan satisfechos”, pensó Fernando, y le gustó su frase cuando la dijo en voz alta, para sí mismo. La escribió en un pequeño cuaderno que traía en la cajuelita de guantes que nunca cierra bien.
Arrancó su coche y enfiló hacía el centro, pensando si encontraría un Winnie Pooh más pequeño y más barato que el que había visto.

lunes, diciembre 22, 2008

¿Cómo hacerle para que nadie lea tu blog?

Uy, es rete fácil... Años de experiencia me respaldan, snif.

Titúlalo "El Blog de" y tu nombre. "El Blog de la Ale", "El Blog de José Ángel", "El Blog del Gabriel", "El Blog de Chelis". Peor aún si, en una borrachera, tu padre decidió llamarte "Eligio", "Nabor", "Nemesio" o "Amilcar", y 20 años después decides abrir un blog. ¿Quién en su sano juicio leería un blog que se llama “El Blog de Amilcar”? Aunque le pusieras "Las Sexoaventuras Vaginales y Cachondas del Amilcar", no pegaría. Lo siento, Amil.

Caer en los extremos también es peligroso. Querer llamar la atención a veces la repele. Poner palabras como "Prozac", "Valium", "Cafeína", "Bitter Sweet", "Martini", "Taberna" o cualquier jalada relacionada con la psiquiatría, la borrachera, los desequilibrios mentales o emocionales, lo único que provocan es una hueva inmensa y que a nadie se le antoje leerte. De aspirantes a locos el mundo está lleno.

Si eres mujer, escribe únicamente de tu novio, mándale besitos, cuchis cuchis, palabras de amor y pon las fotos que se toman abrazados en la cochera de tu casa con su celular sin saldo. Adereza esas cursilerías con un fondo rosa con florecitas, corazoncitos, brillitos y de más chingaderitas que a simple vista causan roña.
Peor aún si eres mujer y escribes posts con cierto halo de misterio en los que hablas de “tu gran amor”, del “hombre que te hace inmensamente feliz” y es “la razón de tu existir” y sales con la mamada de que te refieres a tu hijo. Chaaale. Qué loser.

Si a Marylin Manson le funcionó ponerse el nombre de un símbolo sexual y el apellido de un asesino en serie, a ti no te va a funcionar ponerte “Jorge Luis” –por Jorge Luis Borges- y “Raskolnikov” –por el personaje de Crimen y Castigo-. No, no y no, amiguito mío. Entiende: eres bloguero; causas ternura por ese simple hecho y ni el nombre más cabrón y mejor pensado hará que te tomen en serio. Olvídate de formar tu nombre “artístico” con nombres que evoquen literatura “intensa” o personajes importantes, como “Juanito Dostoievski”, “Raúlman Asimov”, “Jenny Cleopatra” o “Elenita Troya”. Olvídate de titular tu blog “El Pequeño Nietszche”, “Manejando a lado de Kerouac” “Retando a Cioran”, “El Hijo de Bukowski” o “Kafka me la pela”.

O, simplemente, abre un blog de poesía. Verás que ni las moscas se paran a leerte.

jueves, diciembre 18, 2008

El vaho acompañaba nuestras palabras aún y refugiados en el coche.

-Te voy a regalar una carta astral. Sé que no crees en esas cosas, pero quiero regalártela. Prométeme que irás.
-Lo prometo.

Me dio un post it amarillo con una hora y una dirección en el centro de la ciudad. Nos besamos al despedirnos. El vaho se condensó dentro de nuestras bocas. Subí el cuello de mi chaqueta, abrí la puerta y caminé envuelto en la brisa helada de un diciembre que se tornaba místico.

Investigué un poco sobre el asunto. La explicación más “convincente” fue la que leí en una página de Internet: La carta astral es una fotografía del cosmos en el momento que naciste. “Si los planetas influyen en el comportamiento del mar, las cosechas y los animales, puede que influyan en la personalidad de uno”, pensé para no ir tan escéptico a mi cita y para empezar a cumplir mi propósito de no ser tan, ay, snif, negativo y amargado.

Llegué al lugar a la hora que indicaba el papelito. Para no hacerles el cuento largo, la mujer que me leyó la carta terminó mandándome al psiquiatra.

Me llamó sociópata cuando le platiqué que me cagaban las reuniones donde los platos, vasos y cubiertos eran desechables. Mi razón, le dije, es que me molesta que la gente sea tan huevona y prefiera generar kilos y kilos de basura en lugar de lavar trastes. Sonrió. Mi punto de vista le pareció chiflado, y me reiteró: “Necesitas ayuda psiquiátrica, mijo. El mundo es así: de platos, vasos y cubiertos desechables y te tienes que adecuar a él, si no te vas a echar a todo mundo en contra”.
Sonreí. De entre las 3.14159265 cosas que me valen ñonga, está echarme en contra a todos. Desde ese momento deduje que nunca nos pondríamos de acuerdo.

Me hizo algunas preguntas generales acerca del mundo, lugar al que, dijo, “me cuesta mucho salir y enfrentar”. Le respondí honestamente lo que pensaba: que sí, en efecto, me caga no ver algo que me haga pensar lo contrario. Que me daba gusto que la economía estuviera jodida, que la gente perdiera su trabajo y que esperaba con ansia los suicidios masivos, para ver si así dejaban de tener hijos a lo pendejo, comprar cosas a lo pendejo y se daban cuenta que el sistema económico actual es una farsa. Percibí cómo sus ojos seguían la trayectoria del tornillo que se me acababa de zafar de la chompa, snif.

Me preguntó sobre el amor, los hijos, la familia, los amigos, el trabajo, mis sueños.
“No quiero hijos, son sinónimo de esclavitud; no quiero trabajar, es sinónimo de esclavitud; bla bla bla”. No recuerdo qué tanto le dije, sólo me acuerdo que miró el otro lado de mi cabeza, como si otro tornillo se me hubiera zafado.

Me dijo que mi carta astral hablaba de una decepción amorosa muy grande. “Todos las hemos tenido o las vamos a tener, señora”. Que hablaba también sobre un abuso sexual cometido en mi infancia. “Una chavita que ayudaba con el aseo en casa me la chupaba cuando mis papás no estaban, tenía yo unos 4 o 5 años”, le confesé, orgulloso de tener ese magneto en el pito desde temprana edad, jeje. La mujer me habló de mis vidas pasadas y mis posibles vidas futuras. Le dije que sólo me interesaba esta vida, la vida que tengo aquí y ahora, porque es la única que puedo comprobar que existe, porque: si tuve otras, ni me acuerdo; si tendré más, nadie me lo garantiza.

Al terminar, la mujer me abrazó muy fuerte y me besó la mejilla.

-Felicítame mucho a tu mamá por tener un hijo como tú.

No sé si fue sarcasmo, lástima o brotó honestidad de su corazón. La cosa es que ya no insistió con lo del psiquiatra.

lunes, diciembre 15, 2008

Bonitas memorias de un clasemediero de finales de los ochentas

Ya grandecito -tendría yo unos 12 o 13 años- hice berrinche y lloré porque no quería ponerme unos tenis que mis padres me acababan de comprar para usarlos durante el año escolar. Ni las botas amarillas del Chapulín Colorado ni los zapatitos ortopédicos de mi vecino con poliomielitis estaban tan culeros. Díganme ustedes, queridos lectores, si en su sano juicio se hubieran puesto estas pinches lanchas:


¿Verdad que no, cabrones? ¿Verdad que no exageré al tirarme al piso, patalear, golpearme la cabeza intencionalmente contra el pavimento y vomitar del coraje?
Pero pues no había de otra: eran los únicos papos que tenía, no quería trabajar y ganar mi propio dinero a tan tierna edad y tuve que ponérmelos hasta para la foto de fin de cursos.
Pinches tenis Pony, cómo los odié. De hecho, no creí encontrar una foto de estas chingaderas. Si son un insulto para la vista, imaginen lo que fueron para mis pies.

Ya más peludín, me cambiaron los Pony por unos Top Siders. Cada que me los ponía me sentía Julio Iglesias caminando por la playa. Nomás me faltaba el suéter amarrado al cuello y poner mirada de ruco mamón. Pero como los padres siempre lo arruinan todo, los míos se encargaron de quitarle lo cool a mis Top Siders obligándome a usarlos con calcetones blancos, quesque porque luego olían feo y me salían ampollas.


Así como las niñas de las escuelas de monjas se remangaban las faldas para que no estuvieran tan largas y sus noviecillos pudieran acariciarles sin dificultad "el estuche de peluche" (lampiño en aquella época, if you know what I mean), yo me quitaba los calcetones que mi mamá me obligaba a ponerme y "chancleaba" mis Top Siders, acción que consistía en pisarles el talón para hacerlos como chancla; acción que reemputaba a los padres.
Cabe mencionar que los calcetines los hacía bola y me los metía en los huevos para darle volumen a mi miembro viril.

A falta de suéter amarrado al pescuezo y coche, el Trapper Keeper con la foto de un carro mamalón, de esos que nunca tendremos, cumplía una función fundamental para la seguridad con las mujeres y el autoestima en la secundaria.


Pero ni mi Trapper Keeper de carro con relámpago en el horizonte me salvó de que me rompieran el corazón, snif. La primer decepción amorosa que tuve fue por aquella época, cuando me enteré que la niña que me gustaba estaba enamorada, no sólo de los New Kids on the Block, sino también de un "rockero mexicano famoso" que, además, era primo de una prima de ella y posiblemente en vacaciones de verano -cuando viajara a visitar a su prima- lo conocería y haría realidad su sueño. He aquí la foto del “rockero” que se robó a mi primer amor, snif:


No se imaginan el gusto que me dio cuando la carrera de este pelmazo se vino abajo, jojojo.

domingo, diciembre 14, 2008

Bebo en el sillón de la sala. Nunca había probado el Glen Edward´s. Rico y barato. Me hace reafirmar mi teoría acerca del Buchanan´s: es lo más caro, corriente y naco que existe. Cada que bebo coloco estratégicamente el vaso sobre el vidrio de la mesa de centro hasta formar con los arillos de agua el logo de las olimpiadas.

Algunos palillos y los huesos roídos de las aceitunas es lo único que queda dentro de los platos hondos. En el comedor y la cocina sirven pastel de zanahoria, alemán y de tres leches. Más de cinco veces me han ofrecido postre y más de cinco veces les he dicho que no. ¿Es tan difícil comprender una consonante seguida de una vocal?

Los restos de la piñata y algunos envoltorios de dulces cubren el jardín. Qué espectáculo tan grotesco observar a treintones y cuarentones golpeando una piñata. La gracia que alguna vez tuvieron de niños la perdieron desde que decidieron llevar una vida normal, dejarse engordar y amarrarse una corbata al cuello.

Horas antes, durante la cena, fui obligado a tomarme de las manos con los demás y dar gracias. Fue humillante. Cuando llegó mi turno dije no-sé-qué-pendejada carente de emoción y todos me miraron como si fuera yo un malagradecido. Una mujer hasta derramó lágrimas cuando agradeció a Dios “por brindarnos la oportunidad de estar todos juntos”. Yo ni conocía a la mitad de los ahí presentes. Su numerito fue lo más vergonzoso de la noche, junto a la camioneta con nariz y cuernos de reno en la que llegó una pareja que no se veía nada feliz.

De corazón, espero no vuelvan a invitarme a un evento de esos y prometo tener los huevos suficientes para decir que no cuando lo hagan. Pero la bebida y la cena gratis son tentadoras.
Espero todos hayan hablado mal de mí cuando me retiré. Espero eso los haya hecho sentir bien, pues habré cumplido mi acción navideña de dar algo bueno a los demás. También habré comprobado, otra vez, que de toda la gente de esta ciudad no se hace una sola persona auténtica y decente.

Felices posadas.

sábado, diciembre 13, 2008

miércoles, diciembre 10, 2008

FIL Guadalajara

Despertando en el hotel.


Reunión en la alberca para nuestra primera actividad. Conocer a mis héroes de infancia y adolescencia y demás moneros que admiro. Aragonés, Rius, Bachan, etc.


Dibujando 8 páginas en 8 horas para desquitar el viaje. El próximo año saldrá el libro de este ejercicio.
P.D. Todos se ríen de mi manera de agarrar el lápiz. ¿Pos por qué creen que dibujo tan pinche?


Antes de que me corrieran de un Starbucks por andar repartiendo propaganda comunista y antiyankee. Hijos de puta.


El sábado muy temprano, antes de nuestro evento.


Pegándole al valiente con las tortas ahogadas. Consecuencias de hacerse el valiente: hocico dormido y fundillo rozado (con "z"), snif. Gracias al Zónico, Toncho, la Rox, Drocha y de más blogueros que fueron tan temprano a escucharnos decir pendejadas.


Despedida en el Lobby del hotel. Yo, Mudo, Bachan, Clement, Ramos, Gantus y Betteo.

lunes, diciembre 08, 2008

Por fin: un libro, snif.

Este mes sale un libro que es una recopilación de relatos de varios escritores de varias nacionalidades. Tengo el honor de haber sido invitado a formar parte de los 23 autores participantes. El proyecto es de Kala Editorial, y este es el relato que me publicarán: Balada para Madeline.

jueves, diciembre 04, 2008


Ah, y el último nick, ahora con la modita de la película ésta de Crepúsculo:

"Estoi EnaMoraDa de un VamPirooooooo!!!!!!!"

Los odio.

miércoles, diciembre 03, 2008

El rebelde del karaoke

El segundo síntoma para darse cuenta que una fiesta no valdrá verga, es que haya karaoke. El primero –obviamente- es que no haya cerveza.

El karaoke es un invento del diablo que saca a los cantantes frustrados que la mayoría de las personas lleva dentro.

No hay cosa más triste que ver a un oficinista con el nudo de la corbata flojo, las mangas de la camisa arremangadas, un micrófono en una mano y una cerveza en la otra mientras canta con mucho sentimiento una rola de Juan Gabriel o se prende con una de Luis Miguel.

No entiendo ese afán de ver un monitor con subtítulos en amarillo que dicta la letra de canciones de dominio público, tan trilladas y choteadas, que hasta un güey que en su vida ha escuchado el radio se sabría de memoria.

Es aberrante aguantar los berridos de viejas histéricas que se creen que cantan como “la chica dorada” y no sueltan el micrófono en toda la noche, mientras piensan que entre el público puede haber un ejecutivo de TV Azteca que las va a invitar a formar parte de La Academia.

Es vergonzoso ver al grupito de amigos trepados en una tarima abrazados, agarrando el micrófono entre todos, meciendo sus cervezas mientras desentonan con aullidos la espantosa canción esa de “pero sigo siendo el rey”.

Es humillante ver a la gente que les aplaude, que los alenta a que sigan creyendo que son grandes intérpretes de canciones de Cristian Castro, Shakira y el Potrillo.
Si a mí me dan ganas de meterme bajo la mesa cada que soy testigo de un espectáculo de esos, no sé cómo estos "cantantes" pueden vivir con la conciencia tranquila después de aventarse tal ridículo.

El karaoke es triste. El karaoke es deprimente. El karaoke es un síntoma de que te estás volviendo viejo, aburrido, sin plática y frustrado.
Mis amigos casados rentan esas mierdas de aparatos para sus fiestas, para que te des cuenta que “gastaron un billete” y “se va a poner bueno el ambiente”. Me llaman por teléfono para hacerme la invitación y me dicen: “Vente preparado: va a haber karaoke”. ¡Uy, qué emoción! Yo simplemente cuelgo, suspiro y pierdo toda fe en la humanidad.

Evito ir a esas fiestas. Es más divertido pasar una noche de sábado sentado en el escusado con una diarrea mortal que ir a una fiesta con karaoke. A las últimas “fiestas” que fui, quedé como “el amargado”, “el aburrido”, “el que no se la pasa bien” porque no me paré a cantar. Desde ahorita les digo: Vayan a cantarle la de “ne ne ne ne ne qué vas a ser” a su chingada madre. A mí déjenme tomar a gusto y, por más pedo que ande, no voy a pararme a cantar. Punto. Hasta el más asqueroso de los borrachos tiene dignidad, ¿por qué yo no he de tenerla?, snif.

Es muy naco, cero divertido y cero cool llevar karaoke a las fiestas, sólo que la gente no lo entiende. Y es más naco decirle “karioki”; y es más naco aún comprar un karaoke y tenerlo en tu casa “para cuando se ofrezca”.

Si en la vida real no me interesa quién canta esas abominaciones de canciones, ¿por qué querría ver a unos pazguatos emulando a artistillas chafos?

martes, diciembre 02, 2008

Otra de empleados de banco

Se ha convertido en mi deporte favorito agredir empleaduchos de banco.
El sábado me llamaron para decirme que debía 1500 pesos del coche como si debiera una fortuna. Y la misma historia: les digo que les voy a pagar el día 15 de diciembre, el que llama me sale con que por qué no pido dinero prestado para pagar a tiempo, me río, le digo que es un pendejo y cuelgo.

Ayer me habla otro pinche empleaducho. Antes de que me dijera algo, le digo:

-Mira, compadre, si me hablas para lo del carro ya les dije que les voy a pagar el día 15.
-¿Ya le habían hablado antes, señor?
-Sí, tres veces, y las tres veces les dije lo mismo.
-A ver, deje checo su historial de llamadas, por favor. Un momentito.

El tipo suena más sensato que los demás y parece disfrutar su trabajo de joder gente. Hay un silencio en el que balbucea nombres y números. Hasta que dice:

-En efecto, señor, aquí tengo registrado que ya le hablaron.

Al escuchar eso, espero una disculpa o un: “Okey, señor, ya no lo vamos a molestar; esperamos su pago el día 15”… pero no.

-Aquí tiene 3 negativas de pago y otras tantas llamadas que se niega a contestar –me dice.
-No son negativas de pago, ya les dije que les voy a pagar el día 15.
-Aquí dice que le hablan y cuelga y que insulta a la persona que le hace la llamada.
-A ver: dime tú –intento racionalizar- si no se te hace ridículo que cuando les digo que voy a pagar el 15 de diciembre, me salen con que: “¿y por qué no pide prestado?”. Dime si no es motivo para colgarles el teléfono.

¿Y a que no saben que me respondió el muy animal?

-Bueno, señor, es mejor pedir dinero prestado a deber, ¿no cree?

Y que le respondo:

-¡No, no creo, HIJO DE TU PUTA MADRE!

El empleaducho se olvida de la amabilidad y del “señor” y del hablarme de usted y me dice:

-¡Eh, cálmate, no me hables así!
-¿Qué parte de “te voy a pagar el 15 de diciembre” no entendiste, PINCHE SORDO HIJO DE TU PUTA MADRE?

Cuelgo y el teléfono suena y suena y suena, como ocho veces más. En la noche vuelve a sonar y a sonar y sé que es él. Hoy, desde muy temprano, también ha estado suene y suene.
Creo que herí el orgullo de un pendejo con mamitis o un huerfanito, snif. ¡Bah! A quién le importa. No creo que su puta madre esté orgullosa de tener un hijo así.

lunes, diciembre 01, 2008

FIL Guadalajara

Nos vemos en la FIL Guadalajara. Del 3 al 7 de diciembre estaré por allá presentando la número 13 y 14 de ¡#$%&! Cómics.
El sábado 6 de diciembre a las 9 de la mañana daremos una plática en el auditorio Juan Rulfo. Aquí pueden ver el programa de eventos completo.
Saludos.

viernes, noviembre 28, 2008

A continuación les presento dos estudios ilustrados -muy serios- sobre el fenómeno de la fama cibernética. Que los disfruten.


jueves, noviembre 27, 2008

Bitácora de un austero

Cae la noche y con ella los retenes antialcohol. Un compa decide mejor quedarse en mi casa. El sillón es amplio y tengo cobijas de sobra.

-¿No tienes televisión aquí abajo, verdad, güey?
-No. Tampoco arriba.
-No mames.

Alargamos la plática mientras terminamos las últimas cervezas.
Nos vamos a dormir.

-¡Aguas! –le digo mientras le doy unas sábanas-, porque aquí en la sala se aparece el fantasma puto que agarra nalgas en las noches.
-¡Vete a la verga, jajaja! Has de ser tú, cabrón
-Jajaja, vete a la verga. Nos vemos mañana.
-Sobres.

Apago las luces y subo a la recámara. Intento reanudar mi lectura pero el sueño me vence.
Amanece. Mi compa se mete al baño. Oigo que grita desde la regadera:

-¡Guffo!: ¿no tienes shampoo?
-No, güey, no uso.
-No, pos entonces no te pregunto por el acondicionador, ¿verdad?
-¿No quieres rubor y delineador de cejas también?

Silencio.
Cierra la llave del agua. Recorre la cortina. Oigo que abre puertitas y cajones.

-¡Guffo!: ¿no tienes un chingado peine?
-No, güey, no uso.
-No vales verga. Mucha pinche hamaca pero no tienes lo básico.
-La hamaca es básica, lo demás son vanidades.

Silencio.
Tres minutos después sale mi compa del baño con el pelo aplacado a manotazos. Yo ya estoy en la cocina

-Traje unos tacos, güey –le digo.
-Chingón. ¿No te vas a bañar?
-Nel -respondo.

Ríe y comemos.

-Guffo: ¿No tienes sal?
-No. No uso.
-Neta que no vales verga…

miércoles, noviembre 26, 2008

La Neta del Planeta 70-73




(Disculparán el horror de ortografía de la siguiente tira en la palabra "escasez", fui un loco y ahorita no tengo "potochop" para corregirlo).

lunes, noviembre 24, 2008

Algunas comiqueras del fin de semana

La revista Replicante sacó una reseña de ¡#$%&! Cómics. Se agradece infinitamente.


Los números 13 y 14 de ¡#$%&! Cómics salieron simultáneamente. Estarán en los lugares de costumbre a partir de este miércoles.


Portada de Alcione para el 13 y de Betteo para el 14.
Ya pueden suscribirse para este segundo año de ¡#$%&! Cómics.
Los interesados mándenme un mail al correo que aparece en mi perfil o al de la revista.
Para suscriptores del año pasado, el precio sería el mismo: $250 pesitos por 12 números (del 13 al 24), uno que otro regalito (tarjetas, separadores de libro, cómics de otros autores, etc.) y gastos de envío incluidos.
Para los nuevos suscriptores, sería de $350 pesitos; esto incluye 6 números atrasados para los primeros 50, separadores de libro, tarjetas de los personajes, otros cómics de otros autores y gastos de envío incluidos.

Es todo por el momento, cualquier novedad se las hago saber.

viernes, noviembre 21, 2008

Home

Se van a cumplir tres meses desde que me cambié de casa. Pongo a continuación un breve listado de las impresiones de las personas que han visitado mi nuevo hogar:

-Las vistas de las ventanas no combinan con el color exterior.
-Los apagadores de luz no van con el color de los abanicos de techo.
-Los marcos de las puertas son más oscuros que las puertas.
-Las chapas lucen mejor si son latonadas.
-El piso no va con los muebles que tienes.
-La estufa está nueva, pero muy pequeña.
-Ese lavabo se vería muy bien con una llave de mariposa.
-Esa persiana beige desentona con las demás blancas.
-Deberías comprar en vez de rentar. Estás tirando tu dinero a la basura.

Puras mamadas, para ser exacto.

Lo primero que yo pensé al ver la casa, hace tres meses, fue: Necesita una hamaca.
Y ya se la puse. Todo lo demás puede ir a chingar a su madre.

miércoles, noviembre 19, 2008

Una noche bomba

Antier recibimos una amenaza de muerte en el periódico. Incluso el director general -cuyo mail es supuestamente secreto- recibió el correo electrónico de un tal bomba.08@hotmail.com. El título decía: "Muéranse", y en su contenido amenazaban con hacernos volar en pedazos muy pronto "si le seguíamos".

"Con todo mi odio..." "...también para todos los que no incluí en la lista", "Adiós al periódico...", eran algunas de las frases que podían leerse.

No sé si reír o preocuparme. Quien quiere hacer daño no tiene por qué avisar. Simplemente lo hace y ya.

Ayer por la noche fui a trabajar como si nada. Desde que no tengo Internet tengo que estar yendo a las instalaciones a dibujar lo que saldrá al día siguiente. La editora andaba algo asustada. Creo que ya antes había recibido amenazas directas y habían hackeado su computadora.

-Guffo... ¡Guffo! -me gritó.
-¿Qué onda? -respondí.
-¿Pos dónde andas?
-Acá -dije alzando la mano desde un cubículo junto al baño.
-¿Qué haces allá?
-Pos es que no quiero que me chingue una esquirla de la granada que te van a aventar.
-Hijo de la chingada... ¡Ponte a dibujar que me urge la caricatura!

La noche transcurrió entre broma y broma para aminorar la tensión.

-Vamos a la tiendita, tengo hambre -dijo la editora.
-Sí, pero tú camina veinte metros adelante de nosotros, no vaya a ser que nos toque una pinche bala de las que te tocan a ti.
-Hijos de la chingada... si el mail era para todos -repitió la editora, que no sabía si reír o preocuparse, como todos nosotros.

Yo, prefiero reír. El país siempre me ha parecido una broma cruel.

sábado, noviembre 15, 2008

Escribí algo sobre las máquinas del tiempo en Recolectivo. Ya ven que yo soy un científico bien cabrón, avalado por la escuela de aeronáutica, aviación y sobrecargos de Riatatitlán. Vayan y viertan toda su ira en aquel blog, y que pasen buen fin de semana.

jueves, noviembre 13, 2008

Televisa, ese gigantesco culo diarreico preocupado siempre por engañar a los jodidos que miran su programación, ha lanzado al aire una serie de spots motivacionales que, en vez de levantar el ánimo, provocan nauseas.

En ellos aparece la Lucerito y la Gloria Trevi -entre otras "estrellas" y "famosos"- diciendo que, ay, snif, los mexicanos somos gente bien retechingona y harto trabajadora que siempre nos levantamos de todas las crisis y seguimos adelante... bien empinados y sin un peso en la bolsa, pero adelante.

A la mayoría le parecerá un buen gesto que la televisora gaste tiempo aire en esas mamadas, pero los imperios no gastan sus recursos a lo pendejo. Todo tiene un motivo oscuro. Como en su tiempo lo tuvieron los spots que apoyaban la reforma petrolera.

Con esos spots no hacen mas que advertir a la gente que las cosas se van a poner más de la verga y que hay que aguantar todos los chingazos que nos arrimen, porque no nos queda de otra, y que al cabo ellos estarán ahí como refugio para tarados con sus historias refritas y cursis y sus "reality shows" de baile. Ah, y que aparte tienes que agradecer que tengas un trabajo: jodido, aburrido y mal pagado, pero trabajo al fin, mientras venden en pedacitos el país. ¡Qué bonito!

En uno de los mentados spots, la Gloria Trevi sale diciendo: "Mañana te vas a levantar y vas a besar a tus hijos y te vas a ir a trabajar, porque eso es lo que has hecho toda tu vida". Nomás le faltó decir: "...pinche perro".
Qué bueno que yo ya no tengo televisión y sólo veo esas chingaderas por accidente.

Por otro lado, cuando murió Mouriño, escuché taaaaanta pendejada; empezando por lo del "accidente". En fin. Es más, hasta había quienes tenían de nick: "Murió un gran hombre". Por favor, como si lo hubieran conocido. ¿Es un gran hombre un hijo cuyo padre se blinda legalmente para no ser investigado por su sospechosa fortuna? ¿Fue un gran hombre por "guapo", como escuché decir a varias viejas pendejas? ¿Fue un gran hombre porque tenía esposa e hijos? Uts, pues entonces cualquier pendejo puede ser un gran hombre y, por lo que veo, yo nunca seré ese "gran hombre", snif.

Y ya para acabar y para acabarla de chingar: el Bush y el McCain tomaron muy civilizadamente el triunfo de Obama, cosa que me parece altamente sospechosa, pues los animales no son civilizados.

Aquí les va un video de John Perkins, uno de mis dioses, explicando la cuacha pestilente que son los Estados Unidos. Aquí está su página y aquí una plática en una librería. Espero los disfruten e investiguen más sobre este güey y entiendan lo que está pasando en nuestro pobre país y el mundo. Vale la pena si quieren que las cosas cambien.

miércoles, noviembre 12, 2008

Como diría la mítica canción de Los Cadetes de Linares (¿Quiénes?), "aquí no hay novedad"...
Me siguen confundiendo con el payaso Brincos Dieras, snif.


Algunos hasta aseguran haber visto mi show:


Aaaah, cómo no, Wuicho el de Torrente, ¡conocidísimo ese Wuicho!...
Me dieron ganas de responder el correo diciendo que me habían cancelado un evento y que sí asisitiría a su fiesta, para que a la mera hora se les arruinara bien gacho la pachanga, jajaja. Me los imaginé a todos ahí sentaditos con sus gorritos puntiagudos y confeti en los hombros, esperando la entrada triunfal del Brincos Dieras... y naaaaada, que no llegaba, y se apoderaba de la noche el canto de los grillos, cri cri... Imaginé a la morra toda desesperada diciéndole a sus invitados: "Él me confirmó, se los juro; me mandó un mail confirmando que venía, ¡lo jurooooo!", y luego la metían al manicomio, JUAJUAJUA.
Pero no lo hice, snif.

Juro que cuando lo conozca (brincos diera por conocerlo), le voy a pedir la mitad del dinero que se gana en sus shows al hijo de la chingada.
De hecho, ya lo ando rastreando. Aquí hay un video donde sale en la tele (muy malos sus chistes, por cierto) y aquí hay una foto de algún evento que tuve... digo, tuvo.

Brincos Dieras: en esta ciudad no cabemos los dos... gggrrrrrrrr.

martes, noviembre 11, 2008

Ayer me topé a mi compa el Enfermo

Me topé con mi amigo el Enfermo.
Así lo apodamos desde chiquillo porque agarraba a los perros y gatos de la cuadra y hacía como que se los cogía.

También porque le robaba las Playboy a su papá -que de seguro las compraba por los artículos taaan interesantes- y las películas vhs porno a su hermano mayor; balconeaba a las sirvientas y siempre traía el chile parado cuando usaba pants.

Recuerdo que una vez cayó muy bajo, más bajo aún que fingir que se cogía a nuestras mascotas. El Enfermo salió eufórico de su casa cargando una bolsa de Soriana llena de calzones de su mamá y un plumón Esterbrook negro. David, como se llamaba, vació el montón de calzones sobre la banqueta y comenzó a pintarles vergas, por detrás y por delante, cagado de la risa.

Ayer me topé al Enfermo... y sigue igual de enfermo.
Toda su plática giró en torno al sexo, y ni siquiera la plática dio pauta para que degenerara en eso.

-Mira güey: cuando te vas a coger a una vieja y no te dice que te pongas condón, ¡cuidado!, significa que a todos se los ha cogido sin condón. Si te vas a coger a una vieja y te dice que te pongas condón, ¡cuidado!, porque cuando pasa esto uno luego luego piensa: "Ah, esta vieja se ha de cuidar porque me pidió que me pusiera condón, deja entonces se la meto pelona", pero puede ser que esa noche que te conoció es la primera vez que le pide a alguien que se ponga condón porque ya tiene alguna enfermedad o alguna de sus amigas ya le metió miedo al decirle que no se ande cogiendo a todos los que se coge sin condón. Bah, a mí como quiera me vale madre, de algo nos tenemos que morir, ¿o no?

Hablar de sexo con este güey es de las peores cosas que puede existir en la vida. Ni es bonito, ni es cachondo ni es interesante. Será que no borro de mi mente su imagen de niño, cargando de las patas traseras -como carretilla- al Pingo, el pastor alemán de Gabino, mientras todos reíamos.

Lo perjudicamos. En serio que lo perjudicamos.

lunes, noviembre 10, 2008

La astilla en su uña

La luz del amanecer siempre es amarilla dentro de esa habitación. Miran hacia la ventana. Se frotan los pies bajo las sábanas. Los suyos contra los de ella y viceversa, como si pedalearan juntos rumbo a un sueño que durante la noche se desvaneció.
Ella se da cuenta que él se dejó una astilla en la uña del dedo gordo antes de dormir, cuando no encontraba el cortauñas que estaba tirado bajo la cama. Siente un ligero raspón en la pantorrilla, pero no dice nada.
Terminan el ritual cuando entran en calor. Permanecen en silencio, bajo las sábanas, mirando la ventana que enmarca la fría mañana.

-¿Te has puesto a pensar que en esto se va a convertir el resto de nuestros días?
-No... ¿por qué me preguntas eso?
-Me da miedo que te dé miedo.
-Me sorprende. Sabes que no me gusta pensar a futuro.

No esperaba esa respuesta. La práctica sabiduría de la mujer que está a su lado lo tranquiliza y provoca que la abrace con más fuerza. Frota sus pies contra los de ella y le clava de nuevo la astilla que dejó en su uña.

Mientras tanto, allá afuera, seguía fabricándose el fin del mundo.

sábado, noviembre 08, 2008

Sábado recolectivo

Hay un post de mi autoría aquí.

Gracias a todos los que se han dado de alta como seguidores de este blog. En verdad lo agradezco. Gracias también a todos aquellos que desde las sombras del anonimato me visitan.

Buen fin de semana.

viernes, noviembre 07, 2008

Soñando luces polares

Soñé que viajaba por carretera bordeando las costas de Alaska. Detenía la marcha, bajaba del coche y me sentaba sobre las piedras oscuras de la playa a contemplar el oleaje. Una familia de narvales salía a respirar muy cerca de donde estaba. Bufaban y rociaban agua al viento. Hacían piruetas, esgrimían sus cuernos y se alejaban. La brisa helada y el salitre envolvían mi rostro. Una aurora boreal revestía el cielo nublado. Rojos, verdes, morados y amarillos destellaban ante mis ojos, hasta disolverse en la oscuridad.

Luego, desperté.

En el desayuno me preguntaste qué había soñado. Siempre te han interesado los sueños y sus interpretaciones.

-No me acuerdo –mentí.

Serviste café en una taza y vertiste el agua de papaya de la licuadora en un vaso. Bebimos al mismo tiempo. Me miraste con sospecha.

-Qué raro… Tú siempre te acuerdas de lo que sueñas.

En efecto. Siempre me acuerdo de mis sueños. Simplemente no quiero que sepas que, algunas veces, sueño cosas hermosas que no son tú.

jueves, noviembre 06, 2008

Zeitgeist

Por correo electrónico me han preguntado que si ya vi el documental Zeitgeist. Sí, lo he visto como 10 veces. Para los que no lo han visto, ahí les va. Inviértanle dos horas de su tiempo. A ver qué les parece.
Hoy me toca tirar hueva.

miércoles, noviembre 05, 2008

Dos notas de negro panorama

Si lo de Mouriño fue atentado, ¡agárrense!, que, como alguna vez dije, lo peor está por venir.

Un amigo que trabaja con altos mandos policiacos en un municipio del estado, me dijo en una carne asada: "Te juro por mi madre que uno no quiere ser corrupto, compadre, pero no tienes para dónde hacerte. No tienes opción. O renuncias o te haces de la vista gorda, pero nunca hacerte el héroe. Como quiera en los dos bandos te mueres. En uno te matan de hambre, en el otro con una bala en la cabeza".

Si lo de Mouriño fue accidente, bueno: véanlo como justicia divina. Véanlo como que nada vale tanto la pena como vivir modestamente, pero con la conciencia tranquila.

Qué triste haber muerto con Mouriño en el mismo avión. Los noticieros nos hicieron saber que si no eres el Secretario de Gobernación, no existes; no importas. Nadie mencionó a los demás pasajero hasta que pasó la euforia y agotaron el amarillismo de la nota roja. Qué triste también haber sido Mouriño y morir el mismo día que el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos tomó posesión. Se van a acordar menos de él.

Obama arrasó. Las minorías somos mayoría. Lo bueno -creo yo- es que gobernará sin anteponer sus intereses personales, pues no creo que los tenga. No posee ni petróleo ni fortuna, como quienes han gobernado el país más poderoso del mundo. Aunque lo malo también es eso, que al no tener lo que hoy por hoy mueve al planeta, tendrá que trabajar por los intereses de otros, que son los dueños de este changarro.

Me da gusto que estén sucediendo estas cosas. Que la economía del país más poderoso se empine y lo exhiba como un país débil y de mentiritas; que el crimen organizado trepe en las más altas esferas de poder y exhiba la inutilidad o codicia de las autoridades; que la pobreza, el hambre y las balas maten miles gentes a diario. Me da gusto porque para que haya una cura, el planeta debe de saberse enfermo. Me da gusto porque, con tanto problema, es cuando empiezan las soluciones.
¿Quién dijo que las soluciones son rápidas, fáciles y no cuestan?

Negro panorama... aunque con más luces de esperanza que ayer.

lunes, noviembre 03, 2008

Las calles de un país que no soñamos conocer

Desperté muy temprano. Sentí como si tuviera tierra en los ojos.
Giré para mirar al otro lado de la cama. Ya estaba despierta. Me sonrió con el rostro aún inflamado por el sueño. Le devolví la sonrisa.

-No me quiero bañar.
-No te bañes.
-Llevo cuatro días sin bañarme.
-Yo llevo cinco.
-Pero tú nunca hueles feo.
-Tu tampoco, preciosa.

Hice el edredón y las sábanas a un lado. Me puse de pie sobre el piso frío. Olí mis axilas. No olían mal. De todas formas saqué el desodorante de uno de los compartimentos de la mochila. Me embadurné los sobacos y después se lo pasé a ella, que hizo lo mismo. Me enfundé la chaqueta, el gorro y los zapatos deportivos.

-Listo, ¿nos vamos?
-Vámonos -dijo riendo y negando con la cabeza.
-¿Qué pasa?
-Nunca imaginé que podría hacer esto.
-¿Que podrías hacer qué?
-No bañarme... Andar tantos días con la misma ropa y que no me importe.

La abracé y besé su mejilla colorada por la gélida mañana.

-Vámonos.
-¿Y los demás?
-Apenas se han de estar despertando. En lo que se bañan y arreglan vamos a perder dos horas.
-Vámonos entonces.

Nos pusimos las mochilas al hombro y salimos del hostal tomados de la mano.
Nuestro aliento era una fábrica de nubes que se disipaban entre las calles empedradas de un país que nunca imaginamos conocer.

-¿Sabes hacia donde vamos? -preguntó.
-No... No le entiendo ni madres a este mapa.

Me arrebató el plano que se agitaba con el viento entre mis manos, lo hizo bola y lo depositó en el contenedor de basura a un lado de la parada del tranvía.

-¿No te gusta sentirte perdido y en el fondo saber que siempre habrá un camino?

Caminamos sin rumbo, tomados de la mano, por las calles empedradas de un país que nunca -ni en sueños- imaginamos conocer.

sábado, noviembre 01, 2008

Sábado de Recolectivo

Desde que vio la luz, este blog nunca creyó en eso de poner en un costado una listita de links a otros blogs por considerar dicha acción tendenciosa, favoritista, injusta y obra del mismísimo demonio (aparte que el autor, huevón y tullido por naturaleza para todo eso de la tecnología, nunca aprendió a hacerlo, snif). Después de algunos años, este blog se moderniza, recapacita y honra a sus seguidores poniendo su fotito y su link ahí abajo del perfil. No me queda más que agradecerles, de tan humilde manera, aguantar tanta barbaridad escrita y dibujada. Gracias.
Hay un escrito de mucho miedo aquí. Váyanse preparados con ajo, crucifijos y estampitas de San Juditas Tadeo en tanga de leopardo.

viernes, octubre 31, 2008

Pura madre que les compro

No existen los buenos vendedores. Lo que hay son hijos de puta tan necios que uno les compra con tal de que ya no estén jodiendo.

Los vendedores se multiplican como Gremlins y cada vez desarrollan métodos más sofisticados para vendernos cualquier chingadera.

Los hay de calculadoras, enciclopedias, paquetes para computadora, suscripciones para revistas religiosas, tarjetas de descuento para el CostCo o City Club, libretas con cupones para el Chili´s o el Applebee´s. Pura pendejada.

Hace un par de semanas, en la Feria del Libro, tuve la grata experiencia de toparme con vendedores de "Fáciles Cursos de Inglés en 3 Sesiones para Ser Alguien en la Vida".
Fuera de bromas, creo que este tipo de vendedores son los peores del universo. Y digo peores no porque no vendan, sino porque no hay manera de quitártelos de encima. Se avientan en manada, como fieras sobre cría de jabalí verrugoso.
Con decirles que hasta te hacen sentir mal si les dices que no, porque hablan bien bonito y se arreglan tan bien que el único pinche traje que tienen en su guardarropa –que de seguro es el mismo que usaron en su graduación de prepa técnica- parece un Hermenegildo Zegna. Aparte, son tan educados y tan diplomáticos, que hasta te hacen creer que están preocupados por tu desarrollo como individuo y tu futuro, en el que te visualizan como un triunfador que compra muchos trajes como el que ellos llevan puesto.

El primero en abordarme fue un hombre de traje gris, camisa mostaza, corbata morada y calcetón blanco.

-Hola amigo, buenas tardes, ¿cómo anda tu inglés?
-Pues muy bien -respondí ingenuamente.
-Qué porcentaje dirías que lo dominas.
-No, pues no sé... un 80%...
-Me parece que lo dominas el 90%, pareces un joven inteligente, de seguro estudiaste en el extranjero.

"Aaaahlamaaadre, mira qué buena onda de bato, me dijo inteligente y aparte es adivino porque sí, sí me fui a estudiar al extranjero", pensé.
Y ahí fue mi perdición. Me ganché de su anzuelo

-Sí, es cierto, lo domino un 90% -dije seguro de mí mismo, con el puño en alto, como Braveheart.
-Yo te voy a ayudar a que lo domines al 100%, ¿cómo ves?; mira, ven, siéntate aquí, te voy a robar 10 minutitos que te darán toda una vida de satisfacción personal y triunfos.

¡¡¡NNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Casi vomito después de esos “diez minutitos”. Todo por ser amable y no mandarlo a la verga desde un principio. Pero es que la verdad le echó muchas ganas y hasta me dijo que tenía cara de inteligente y adivinó que me había ido a estudiar “fueras”, snif.
Bueno, como quiera ni le compré nada, y cuando me pidió mis datos le di un nombre falso y unos teléfonos que igual y son de Madagascar, jeje.

Huí como pude, pues ya hasta me palmeaba la espalda y me decía: “Hablamos pronto, amigo”.

Me propuse no volver a caer en las garras de un monstruo de ésos.
Yo siempre he pensado que si quiero algo, pues yo voy, lo busco y lo compro. Es muy molesto que se le acerquen a uno a ofrecerle cosas. Si llegan a ofrecernos algo de seguro es porque no es exitoso ni se vende “como pan caliente” y por eso tienen que andar importunando cristianos para que lo adquieran. En fin.

Seguí caminando por los pasillos de la Feria, con mi cara de persona inteligente. El segundo vendedor empleó una táctica que consideré más efectiva: llegó ofreciéndome un regalo. ¡Cositaaa!

-Hola amigo, ¿me dejarías hacerte un regalo?

De volada detecté malicia en su tono de voz y en su mirada endemoniada. Estiré la mano y dije:

-Sobres, si el regalo es en efectivo mejor, jeje.
-Jojojojijiji, ésa estuvo muy buena… pero esto que te voy a regalar es mejor que el dinero en efectivo... Esto dura para toda la vida. Sólo te robaré 5 minutitos.

¡Verga! Éste vendedor estaba mejor entrenado para cualquier tipo de sarcasmo, broma, burla o intento de huída.
Sonreí y me alejé, haciendo como que me llamaban al celular.

-Dame la oportunidad de hacerte un regalo, amigo… amigooo… ¿amigo? –seguía diciendo el pobre hombre mientras yo inventaba que tenía sexo telefónico con Winona Ryder.

Por todos lados había vendedores de este tipo. A la vuelta del pasillo, al final del pasillo, camuflados entre los stands, a la entrada del evento, en las salidas de emergencia. Por todos lados. “Tanto enemigo y yo con tan pocas balas”, pensé. Tuve que pasar toooda la Feria del Libro fingiendo que hablaba por teléfono con Winona Ryder.

Mi única arma contra los que eran inmunes ante mi táctica de “hombre al teléfono” fue hacerme el sordito o mandarlos amablemente al carajo: “No, gracias”, “Mi inglés está very good, ¿no se nota?”, “lo domino al 1000%”, “no, gracias, no me interesa”, “no, gracias, ya los tengo”, “no gracias, los compré el año pasado y no me sirvieron”.

Pinche Feria del Libro está peor que playa de Acapulco con tanto pinche vendedor necio.

martes, octubre 28, 2008

Muchas tiras

Para que se empachen de dibujos y tener pretexto para no volver a postear en un buen rato, unas tiras para Grupo Reforma. Ahí se ven.




lunes, octubre 27, 2008

No hay indicios de que el sol se asome...

La gente sigue fumando en lugares cerrados. “Pos es que todavía no están multando”, fue la razón que me dio el mesero de la cantina al cuestionarle sobre un par de rucos que fumaban en la barra.

“¿Área de fumar o no fumar?”, preguntó la mesera del restaurante al día siguiente, el día de mi cumpleaños. “¿Qué no todas las áreas ya son áreas de no fumar?”, dije. "No, aquí no, señor”, concluyó sonriendo.

¿Cómo no burlarse de esta ciudad y los micos que la habitan? ¿Cómo no despreciarla y añorar el primer mundo? Si hasta el D.F. es primer mundo, imaginen entonces cómo estará de jodida la cosa en este pinche rancho apestoso.
Los regiomontanos se la pasan hablando despectivamente de la gente de fuera, de los chilangos sobre todo, y se la pasan soñando con ser “potencia” y en que la mamada ésa del "amero" venga a rescatarnos, pero no pueden respetar una regla bofa, una ley tan básica como el respeto al prójimo.

Cae la tarde. Tráfico. Vehicular, de influencias y de estupefacientes. Patrullas de lujo que sirven para maquillar la sombra de la delincuencia que lo cubre todo en todas direcciones. Sólo los imbéciles se apantallan al verlas y al creer que sirven para algo. Nada más quienes las tripulan se sienten grandes arriba de ellas porque son pequeños por dentro y por fuera. Siempre lo serán.
Cielo sin cielo y una lluvia que lo empeora todo. No hay indicio de que el sol se asome, tampoco la esperanza.

“Era alto total, joven… su licencia”. “Pero no venía nadie, oficial, crucé con precaución”, trato de defenderme. “Pero era alto total, joven. Su licencia”.
Miro hacia un punto indeterminado mientras el tipo hace como que lee mi permiso para conducir, esperando que saque un billete que evite la multa y le complete la cuota de mordidas del día. Yo sólo pienso en mil y una maneras de cocinar al puto cerdo que tengo enfrente. Lo imagino colgado de cabeza, con ganchos atravesándole los tobillos, como en los mataderos.
“De seguro tú, marrano iletrado, estás trabajando por una mejor cultura vial, por hacer que los ciudadanos respetemos las leyes y por mejorar este país. Sí, cómo no”. Nadie cree en las autoridades. Sólo las autoridades, que se la pasan autoengañándose, creen en ellas.
A simple vista uno lo ve: todos son feos, panzones, de tez casi morada, arrogantes, ignorantes y mal pagados: requisitos básicos para ser un ladrón. Si fueran bien parecidos, blancos, panzones, arrogantes, adinerados y déspotas, también serían ladrones, pero de cuello blanco.

“Deme chance, oficial, voy un poco tarde al trabajo”. "¿Dónde trabaja?", pregunta. "En un periódico", y le muestro el gafete. Se achica y me mira con sospecha. “¿Me está charoleando?”, dice desafiante. “No, oficial, le estoy diciendo a dónde me dirijo y el motivo de la falta que cometí”. Me devuelve la licencia con mirada perdonavidas. En el fondo les da miedo que les saquen sus porquerías a la luz pública. No les conviene. Salen perdiendo. Aunque después las sigan haciendo con más descaro. Yo ni siquiera tengo el poder de sacar nada a la luz pública, pero así como sus patrullas apantallan a los pendejos, también mi gafete de prensa los apantalla, porque eso son: pendejos.

Llego a mi casa y me refugio en la lectura. No hay indicios de que el sol se asome hoy. Tampoco la esperanza.

viernes, octubre 24, 2008

Bitácora de un Ermitaño

Se van a cumplir 2 meses desde que me cambié de casa. Ya me acostumbré a no tener televisión, teléfono ni Internet. El plan de volverme aún más ermitaño de lo que era y prescindir de cosas que no considero necesarias va viento en popa.

He leído 8 libros y cocino más. También trabajo más y no me distraigo en pendejadas. Planté tomates y pepinos en macetas y ya se están dando. Tengo una bolsa negra, de las grandes, llena de latas de refresco y cerveza. De perdido me dan 80 pesos por ella. Tengo otra con envases de plástico, pero ignoro a cuánto esté el kilo.

El sábado llegaron dos niñas. Les llamó la atención Cucho, mi perro, que jugaba en la cochera. “¿Es de usté?”, “¿cómo se llama?”, “¿no muerde?”, “¿podemos jugar con él?”. Sonreí. Salió la mamá a buscar al par de gorditas. Me miró con sospecha al ver que sus hijas platicaban conmigo. Le di las buenas tardes amablemente cuando se acercó para que no creyera que soy un depravado, violador, pederasta, mal vecino o puto por vivir sólo con mi perro. También se puso a acariciar al Cucho. El Cucho estaba feliz.

Ayer por la mañana vino la vecina de a lado a presentarse. Me dijo que el árbol de afuera tiene plaga y van a podarle las ramas, que si podía mover mi coche para que no le fueran a caer encima. Lo moví. Miré cómo la vecina le hacía señas a su hija –una emo de unos 13 años-, señas de que se acercara. La emo de 13 años se asomaba por la reja y se escondía. “Le dije a mi hija que viniera a decirle que moviera su carro, pero le da pena con usted porque dice que está guapo”. Sonreí. Cucho miraba con las orejas en alerta, como de murciélago. Volteé y la emo ya no estaba. La imaginé sonrojada en su habitación, mirándome como acechadora desde una abertura en la persiana.

Llego a mi casa por la tarde y la emo de 13 años está afuera de la reja. Se pone de pie toda nerviosilla cuando me ve. Hace como que mira hacia otro lado y toma su patineta negra con calaveras. Bajo del coche, abro el portón de forja y la emo pasa montada en su patineta. Se pone a hacer piruetas a unos metros de mí. ¡Cosita! Cree que a los hombres nos gusta que las mujeres nos impresionen haciendo piruetas en patineta, snif.

Antes de abrir la puerta le echo un ojo a las matas de tomate y pepino. En unos meses me haré mis propias ensaladas. Entro a mi casa. El murmullo del acuario lo inunda todo. Alimento a los peces. También limpio el vidrio y checo la temperatura. Me sirvo una ensalada –comprada- con el aderezo de cilantro que me hace mi mamá. Sí, ya sé que ya estoy grandecito, pero mi mamá todavía me cocina las cosas que le pido porque a mí no me salen como a ella.

Me tumbo en el sillón y abro el noveno libro en la página 113. La lectura se mezcla con el rostro de ella. Mejor me pongo a pensar en ella hasta quedarme dormido.

miércoles, octubre 22, 2008

Más reunioncitas

Siempre he pensado que entre el montón de sucesos que hacen de esta vida un accidente todavía más aburrido e insoportable de lo que ya es, está cuando los amigos se casan.

Una de entre las muchas cosas que este evento acarrea –y podría decir que es la menos importante y la más inmadura- es que desaparecen las míticas pedas de fin de semana (o entre semana).
Aquellas borracheras que parecían planeadas en el mismísimo culo del diablo terminan por convertirse en reuniones ñoñas de parejas a las que también van sobrinitos, tíos, cuñados, concuños, primos y la esposa del compa recién casado se la pasa poniendo portavasos en las mesas para que los Squirt de toronja no dejen arillos de agua sobre el vidrio.

El armónico desorden de las pachangas de antaño, donde se bebía hasta el agua de las macetas, pasa de moda y ya no es bien visto, por lo que se implementa un Feng shui de buen gusto que nomás no atrae a los jóvenes de corazón, como yo, snif.

Las mesas plegadizas, donde antes se ponía el montón de refrescos y las bolsas de botana, se cambian por mesas con mantel (¡mantel!) donde hay ristras de vasos bien ordenaditas de algún color que le combine al mantel. Los hielos ya nadie los agarra directo de la bolsa de plástico y con la mano: ahora los ponen en una vasija con tapa con unas pincitas metálicas muy mariconas por un lado. ¡Qué horror!
Lo único bueno de estos convivios es que ahora sí la música está a un volumen más adecuado para platicar, pero lo malo es que siempre ponen a Chakira, Alejandro Sanz, Chayanne o al Putrillo Fernández.
Lo que da más ternurita es ver que nuestro compa, el recién casado, el que era un cabrón y de gustos sofisticados -según él-, es el que pone esos discos de “gustos más universales” -según él-, para que la fiesta “se ambiente”, -según él- y los tíos, primos, sobrinos y demás colados que antes ni iban a esas fiestas, estén a gusto. Uy, sí.

Así como he jurado que en mi vida volveré a pisar un Starbucks (y lo he cumplido, salvo las veces que por unanimidad hacen ahí las juntas de trabajo, ¡malditos!), también he jurado y he dicho que chingo a mi madre si vuelvo a ir a una de esas reunioncitas de amigos casados o con hijos. Pero la amistad es la amistad, ay, snif, y he tenido muchas de estas madres últimamente.
Bueno, de jodido sirven para escribir cuando uno no anda inspirado.

martes, octubre 21, 2008

El Putómetro

Existen humanos que tienen muy desarrollado su “Putómetro”. Yo me considero uno de ellos.

El Putómetro es ese radar –como un tercer ojo o un sexto sentido- que detecta con facilidad a los hombres que gustan de comerse a otros hombres, y no me refiero a los míticos caníbales.
El Putómetro es esa habilidad sensorial que tienen ciertas personas y consiste en ver a un güey y, en menos de lo que canta Juan Gabriel, darse cuenta -por su tono de voz, movimientos y modales- que es “comelonches”.

Por otro lado, existen mujeres que, inexplicablemente, no desarrollan esa capacidad y se enamoran de sus amiguitos gays por "comprenderlas" y por su buen gusto para vestir.

Hace tiempo, en uno de esos trabajos pedorros que alguna vez tuve, conocí a un morro buena onda que en un principio me pareció “golosón”, pues era “delicado” y “muy propio”, pero no caía en el amaneramiento exagerado y delator de “las locas”, por lo que me hacía dudar si se la comía cruda o no.
Una vez que pasé por su cubículo (¡auch!… éso se leyó feo) vi que tenía como protector de pantalla unas fotos de la Britney Spears enseñando los jamones.

“Me equivoqué, fui prejuicioso; el Putómetro me falló”, pensé de inmediato, y acepté mi error con vergüenza.
Ya con más confianza y sin temor a que el morro se me fuera a tirar encima debido a mi guapura universal, le dije:

-Uhfaaa... esas fotos de la Britney no las había visto… -exclamé cual coyote saboreándose al correcaminos.
-¿Te gusta Britney Spears? -preguntó.
-No me gusta, pero se me hace que está bien buenota.
-¡Y aparte baila bruto! -dijo.

¿BAILA BRUTO? ¿En eso se fija? ¿En que baila chido? Dios mío (y eso que, ay, snif, soy ateo).
Mi Putómetro no me había traicionado y funcionaba a la perfección. Respiré aliviado, pues no era un ser prejuicioso, sino alguien con el Putómetro desarrollado.

Pasó el tiempo, dejé aquel trabajo y una que otra vez vi a mi ex compañero en un programa de televisión; sí: bailando.
Luego resultó que el susodicho es amigo de una amiga.
Hace una semana me enteré que "Britno Espirs" se va a casar con una mujer. ¡Con una mujer!

Alguien préstele su Putómetro a la pobre mujer con quien contraerá nupcias.

lunes, octubre 20, 2008

Evento y tiras

Aquí está una foto del evento del sábado. De izquierda a derecha: Guffo, degustando "una copa de buen vino", como dirían los culturosos; al centro, el Ing. Toncho, lector de ¡#$%&!Cómics que nos visitó desde Guadalajara (esos sí son fans, no chingaderas... si quieren crecer altotes y juertotes como él, lean ¡#$%&!Cómics), y Kabeza, sonriente porque con la mano que tengo libre le estoy pellizcando una nalguita.


Gracias a todos los que fueron, a los organizadores, a los que nos echaron la mano, a la familia y a la lluvia, que no dejó de joder en toda la noche, snif. Ahí luego les digo dónde hay más fotos, para que se masturben viendo ñoños.

Aquí los dejo con 3 tiras de La Neta del Planeta:



sábado, octubre 18, 2008

Aquí no hay post, pero en otro lado sí...

Váyanse a esta página, donde escribí un "poste" retebonito y harto jocoso (bueno, eso dice mi abuelita, pero ya ven que las abuelitas le echan flores hasta al más feo de sus nietos, snif). Mi post es el que está abajito del de Salaverga (ay, qué groserito...)

miércoles, octubre 15, 2008

Donde se posa la mirada perdida...

Jamás me han incomodado los silencios largos, sin embargo, lo rompiste.

-Siempre tienes la mirada perdida… Quién sabe en dónde…. Y no es reproche, te lo juro; nada más quisiera que algún día me dijeras en qué estás pensando… que algún día pudieras llevarme ahí… donde estás tan a gusto sin nadie… sin mí.

Recuperé el sentido. Tus palabras me jalaron y metieron de golpe en la realidad de aquella noche serena. Te abracé.

Y sí, lo acepto: andaba vagando por ahí. Remando en un pantano de Oaxaca. Dormido en el vagón de un tren que cruza la sierra nevada de Chihuahua. Caminando descalzo por una playa limpia y llena de conchas. Arrastrando maletas en un hostal con pasillos a media luz en Brujas. En el elevador de la torre Eiffel. En un callejón empedrado con bicicletas por todos lados en Ámsterdam. Haciéndome entender con un nigeriano en un andén de trenes en Londres. Descifrando el mapa de un zoológico para encontrar la jaula de los leopardos de las nieves. En un avión de regreso con barba de 15 días y los bolsillos vacíos. Cenando en los tacos más ricos y más baratos del mundo. Perdido en el fondo de una cacerola con agua hirviendo y pasta. En un juego de Scrabble. En una mesa puesta para cenar, con galletas saladas, atún con chile, tomate y cebolla y vino espumoso de ése que a nadie le gusta.

-Por favor no vuelvas a decirme que estoy en un lugar tan a gusto sin ti –respondí.