martes, febrero 28, 2006

la perrilla

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Ya está bien la perrita que casi me chingo con mi carro. Es feliz como una lombriz de esas que le sacaron de la panza con las desparasitadas que le hicieron. Ahorita ya es una perrita de pedigrí: bañadita, peinadita, enterita; aunque feita (dirán algunos), pero bien buena onda, juguetona, tierna y coqueta. Ya hasta me lame la cara y se emociona cuando me ve en señal de perdón por haberle trozado su cuerpecito a la mitad con la Euzkadi del Peyot. Corre, juega, muerde, persigue, ladra, se alborota. Ya está del otro lado y tiene sus vacunas completitas. El primer plan era llevarla al rancho de un amigo, pero una pipa se volcó en la carretera nacional y derramó 37 mil litros de sosa cáustica en el Río Ramos –muriendo el chofer prensado- y quién sabe cuándo pase el efecto dañino en el agua. Los perros del rancho de mi compadre, confiadotes en que el agua del río estaba limpia como siempre, pues la bebieron y se murieron dos de ellos. Lo siento mucho por la familia del chofer que murió prensado; así como también lo siento por las toneladas de pescado, langostinos, tortugas, serpientes, agua cristalina, buenos momentos y turistas que se perderán por un buen tiempo de ese paraje. Lo hemos cuidado nosotros durante 16 años, que es lo que llevamos yendo ahí, y en un instante, un camioncito de detergente manda todo a la meritita chingada. ¡Que coraje!, y le mando una rayada de madre a los dueños del camión, por putos. A lo que voy es que: a la perrita no la quiere la señora que me renta, que fue la que le dio de comer la primera vez y por eso se quedó aquí; es un riesgo tenerla aquí porque está medio inocente y es muy probable que la vayan a atropellar porque duerme debajo de los carros, mi papá tiene ya muchos perros y gatos que le han dejado en abandono ahí en su consultorio que ya no puede mantenerlos y los regala; entonces, pues si sale por ahí un alma valiente y caritativa que tenga un patio grande o –de perdido- buen corazón (taqueros absténganse de venir a pedirla), pues que la adopten. La Guffa , como la apodaron (y a mí me apodaron el pendejo que la atropelló) tiene menos de 4 meses, tiene todas sus vacunas, no va a crecer más (pues ya le chingué sus patitas… jajaja, no es cierto, no crece mas porque la raza criolla no se lo permite) y pues es bien cariñosa, chistosa y bien buena la cachorrita. Si no, pues la daré en adopción y, ya en últimas, pues me la quedo y que viva en donde vivían los patitos de Panchito López.
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sábado, febrero 25, 2006

mediodía en el zacatecas...

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Por fin las nubes trapearon el cielo y alguna que otra calle. Ahora el sol está haciendo su jale de secar todo y que el fondo se vea azul y no pardo, como entre semana, con todo ese humo gacho que no deja ver el fondo. Me gusta cuando sus rayos rebotan de frente en lo oscuro de mis lentes, retándome y cegándome por instantes. El Zacatecas. Desde 1949. Y unas cabezas de venado mal dibujadas “adornan” la leyenda. Estos negocios no necesitan renovar su imagen ni invertir en publicidad ni hacer su página web; eso los haría quebrar, estoy seguro. Así como están, con un pie en su pasado y otro aquí, están bien. El que es bueno, es bueno sin tanto circo. En una mano carga el plato con pico de gallo para los higaditos de cerdo y en la otra, la otra ronda de cervezas. Pasa el trapo, como siempre, sobre los anillos de agua que producen los envases al sudar. Las tostadas de frijoles con queso ya empiezan a transformarse en abono para las plantitas en la panza. El plato quedó limpio y el Chino, el mesero de pelo chino, lo levanta. El Filósofo de Cantina se pone necio e insiste en que el amor a primera vista sí existe. Rodeándolo en la mesa de siempre -la de la esquina, debajo de la cabeza del venado de 10 puntas y el faisán- le decimos los típicos argumentos negativos que desmienten esa utopía: Que eso no es amor, que es atracción física; que eso no es amor, que es idealismo; que no es amor, que es bla bla bla. Pero él insiste en que sí existe el amor a primera vista. Lo único que puede suceder -nos dice muy serio rasgando la etiqueta de su cerveza Bohemia y poniendo los trocitos dentro del cenicero- al conocer a esa persona de la que te enamoraste a primera vista, es que te desenamores porque la idealizaste o que te enamores aún más de ella. Es como la mujer que se enamora del cantante porque le gusta físicamente, le gusta cómo canta y lo que escribe: está enamorada; lo quiere conocer, tocar, ver de cerca. Tal vez al conocerlo ya a fondo se desencante… o tal vez se fascine más de él. Entonces ¿quién dice que no es amor? No es amor hasta que no se compruebe lo contrario; pero si nunca lo compruebas… El Filósofo abanica con delicadeza su mano derecha para espantar una mosca del plato de los higaditos.

jueves, febrero 23, 2006

miércoles con el filósofo...

Ayer fui con el Filósofo de Cantina. Fui solo. Quería tomarme unas cervezas pa´dormir a gusto. Si me tomo menos de 6 cervezas me da sueño. Si me tomo más, me pongo sabroso. Por eso nunca tengo cheve en mi casa; prefiero dibujar o escribir pa´matar el tiempo. Pero ayer tenía ganas de unas cervezas suficientes pa´que me mandaran de una patada en el fundillo a dormir bien rico. A pesar de admirar a Bukowski, no sigo sus pasos. Como buen culturoso que soy, nunca podría levantarme y tomarme una cheve de desayuno como lo hacía el Buko, que en paz descanse, snif Pero su ternura la he heredado. Y esto fue lo único que me dijo el Filósofo de Cantina; que como que no andaba de muy buen humor:
- Mira cabrón, déjate de mamadas, te voy a decir las 3 verdades absolutas de esta sociedad ya pa´que te vayas a dormir y no gastes en cervezas de 20 pesos:

1.- A los güeyes más machistas y homofóbicos, les gustan las rolas de Juan Gabriel. Podrán no soportar tener un hijo joto o a un amigo puto, pero a Juan Gabriel, lo van a respetar. Así es este pedo de hipócrita.

2.- ¿Has visto a las águilas cuando hacen sus nidos? ¿Cuándo has visto al “águilo” (el macho del águila) haciéndose cargo de sus crías? El águila hembra es la que los enseña a volar y a comer y a sobrevivir. Las mujeres son lo más fuerte que existe y lo más valiente. Es más: si les dieran pico, pala y carretillas a las esposas de los mineros atrapados allá en Coahuila, ya los hubieran sacado. Que eso te quede bien claro. La mujer es la fuerte; nosotros somos los jotos, los Juan Gabrieles.

3.- Si te enamoraste de Winona Ryder por el puro hecho de ver sus películas y ver sus fotos, también te puedes enamorar de una mujer viendo sus fotos. Haz que lo sepa, haz que lo crea y haz que lo sienta. El amor a primera vista si existe; y más, cuando uno sabe y siente lo que quiere.

Ya váyase a dormir, cabrón –me dijo e Filósofo de Cantina.
Y me fui a dormir.

miércoles, febrero 22, 2006

se me va el sueño cuando no te sueño

Otra vez se me volvió a ir el sueño. Ya no hay música pero el estéreo sigue prendido. No sé cuántas horas lleve así. Sólo alcanzo a ver los foquitos rojos y verdes en la penumbra. Me quedé dormido en alguna canción. Busco entre las sábanas el control remoto y escucho el golpe del plástico cuando cae al suelo. Me inclino a recogerlo palpando como ciego el piso helado del cuarto, hasta que lo encuentro. Me sorprende que no se haya roto todavía pues siempre se me cae. Oprimo el botón de on/off -que tampoco veo, pero lo adivino con el tacto por su tamaño- y los foquitos verdes y rojos del estéreo se diluyen en la oscuridad. Escondo de nuevo mi brazo -junto con el control- entre las sábanas.

Se me volvió a ir el sueño. Ni siquiera ganas de orinar tengo y, aunque tuviera, el frío, el peso de las colchas y la comodidad del colchón me impedirían levantarme al baño. Esto de que se me vaya el sueño casi siempre me sucede antes de que amanezca y he notado que, últimamente, me pasa más a menudo cuando no te sueño. No duermo bien si no me visitas por las noches. No me basta con estarte pensando todo el día, porque pensarte no es tan real como soñarte.

De hecho, pensé que vendrías esta noche porque puse puras canciones que te gustan, de esas de las que tienen frases con las que te identificas y usas para todo; como las frases de las películas que te gustan. Pero no, no viniste. Me puse a soñar pendejada y media: túneles, parajes, oficinas, estaciones espaciales, centros comerciales; siempre esperando toparme contigo. Hasta inventé una playa solitaria, pero tu lugar en la arena –a mi lado- se quedó vacío. Cuando no te sueño se me va el sueño.

Me gusta soñarte porque así no pierdo el tiempo inventando ingenuas excusas para verte; porque cada día que no te veo es un día menos que no estaré a tu lado. Por ejemplo: si sé que te voy a amar por 50 años (eso simplemente lo sé, no me preguntes cómo sé), ahora te voy a amar 49 años y 364 días… ¡un día menos!!! Que desperdicio. Por eso me gusta soñarte, porque es como si hubiera estado contigo y no existiera el tiempo perdido.

Vuelvo a sacar mi brazo –con todo y control remoto- de entre las sábanas. El espacio del cuarto está frío como su piso. Los foquitos rojos y verdes del estéreo aparecen como nave extraterrestre. Adivinando las funciones de los botones en la negrura de la madrugada, vuelvo a poner el disco con canciones de esas que sé que te gustan tanto como a mí. A ver si ahora sí vienes…

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martes, febrero 21, 2006

guffo pa´presidente

Ahora que quiero ser Presidente de México, pues me fui a dar un regaderazo de pueblo. Así lo es: Me fui a embarrar los zapatos de lodo y a oler las bisagras de los albañiles a colonias humildes y no pavimentadas como lo hacen todos los políticos. Como sabrán, me estoy promoviendo como Presidente de la Repúlica pedorra esta; digo, de este País, jeje. Y así empezó mi gira:

Fui a la colonia más gacha de Monterrey y toqué en la casa más feita. Un perro callejero me recibió y me ladró y se me echó encima a través de la malla ciclónica:
- Ay amá!!! -dije yo.
- No se preocupé –dijo la ñora- está castrado; pásele.
- Señora –le dije yo- si no tengo miedo que me coja, tengo miedo que me muerda; amárrelo por favor.
Total, agarraron al perro y pasé y platiqué con la ñora bien chido y me dijo que tenía su voto y el de toda su familia… y hasta de los que estaban muertos.

Seguí caminando con toda la raza y seguidores que me hacía bola entre las calles lodosas y las casas de techo de lámina. Ahí iba yo, con todos mis fans atrás, bien chido. En eso, que sale un güey suicida, con cuchillo en mano y todo el pedo:
- Me voy a matar porque la comida aquí no alcanza, nadie aquí come, nos estamos muriendo de hambre; me voy a matar!!! Es mas: me voy a cortar la perinola , me voy a cortar el pajarito –dice el güey.
Y le digo:
- Espérate, hermano: piensa en tu mujer…
Y él me dice:
- Es cierto, voy a pensar en mi mujer… gracias, señor…
- Piensa en tu mujer pa´que se te pare la perinola y alcance pa´que coman todos, cabrón. No te estés quejando de que aquí no hay comida, hijo de la tiznada
Esa fue mi buena acción del día.

Después salió un pinche marigüano que se iba a tirar de el techo de la iglesia. Y como yo ya traía un chingo de seguidores, pues que le decimos:
- Eeeeeeeeh, a que no se tira, pinche joto.
Y el vato bien encabronado:
- Si me tiro, cabrones, si me tiro
Y que empezamos nosotros:
- ¡¡¡Queee se tire, queee se tire, queee se tire!!!!
Y el pinche marigüano que se agüita y que se empieza a bajar del campanario. Y en eso, empezamos todos mis seguidores y yo:
- ¡¡¡Cuuulo, cuuulo, cuuulo!!! ¡No se tiró, no se tiró!!!
Esa fue mi otra obra del día como futuro Presidente de este País.

Ya para irme, llega un adolescente –de esos a los que yo quiero ayudar con becas, canchas deportivas y de más jaladas- y me dice:
- Disculpe, Señor Candidato a la Presidencia de la República:¿dónde está el Yemen???
- Ah, chinga… pos por ahí por Asia…
- No –me dice-, ¿dónde está el Yemen???
- Pos por Asia, güey –le digo, poniéndome a su nivel.
- Pos es que me dijeron que el Yemen está entre las patas de las viejas vírgenes.
- Ese es el HIMEN, pendejo… ¡Vota por mí!!!

¡¡¡Guffo para presidente!!!

jueves, febrero 16, 2006

relatito clasemediero

Aún no le daban respuesta a los crímenes que se estaban cometiendo impunemente en la primaria Montessori. Algún desequilibrado mental se estaba robando las tijeras de punta chatita marca “Elefante” del salón y no había sospechosos. Las niñas estaban aterrorizadas, pues tenían miedo que el loco ese les robara de sus estuchitos sus borradores con aroma, sus crayolas y sus lapiceros de la Kitty que habían comprado en McAllen. A mi me valía madre. Sólo eran unas pinchurrientas tijeras de tres pesos y como quiera yo ni tijeras tenía pues ya las había perdido desde hacía mucho tiempo; además, yo estaba más ocupado intercambiando barajitas para llenar mi álbum de animales “El Arca de Noé”. Ya nada mas me faltaban 4 barajas: el gato de Angora, el dragón de Komodo, el ocelote y la ballena azul, que era la más difícil de conseguir. Ahí andábamos todos los niños en el patio de la escuela con nuestros portafolios Samsonite de burócrata mal pagado, llenos de barajitas repetidas y de calcomanías Rascahuele pegadas en el interior y también de esas que tenían esponjita adentro y ojitos que se movían. Ya, ya, ya, ya, ya, ¡NOOO!, esa no la tengo, era lo que se escuchaba en el patio del Montessori durante las negociaciones de barajitas en el recreo. Ándale, te doy este bonche de barajas repetidas si me das esa que no tengo. ¡Va!, respondía el otro niño. Sonaba el timbre y todos de vuelta al salón y la maestra seguía con la misma cantaleta: Por última vez: les pido que el que tenga las tijeras de sus compañeros las devuelva por favor, si no, a todos les va a ir mal y nos vamos a quedar aquí a la salida hasta que aparezcan esas tijeras. A mi me valía madre si aparecían o no las tijeras, yo ya había conseguido la barajita de la ballena azul a cambio de un buen montón de barajas repetidas.

lunes, febrero 13, 2006

juguetes mi miseria

Amiguitos y amiguitas: Que la pobreza no les robe esa sonrisita con bigotes de leche radioactiva de la Conasupo o bigotes de tierra por las tolvaneras que se forman en su colonia sin pavimentar. No pongan carita de puchero si Santa Clos no les trajo nada por no comer bien o porque lo filetearon unos cacos antes de llegar a su casita a entregarles sus trompitos, baleritos, barbis piratas y luchadorcitos de plástico. No esperes a que los huevones de los políticos se compadezcan de ti y te vayan a aventar balones chafos y despensas caducas a tu coloña. Manda a todos a volar (y diles que yo no fui!!!) y crea tus propios juguetes. Aquí en juguetes Mi Miseria te enseñamos cómo; es más, hasta el Art Attack del Disney Channel nos la pela… bueno, imagino que no has de saber qué es eso de Disney, televisión por cable y de más. Manos a la obra.

Róbate una naranja del puesto de Doña Lencha o del viejito del carretón (que es más fácil de hacer pendejo, por viejito) y pártela en 4 rebanadas con tu navaja y cómete una así como lo muestra el dibujo (foto). Nomás lávala bien (la navaja), porque acuérdate que fue la que le enterraste al maistro de mate en sus tripas por haberte tronado con 5 en la materia y pescarte tronándotela en el baño de viejas.

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Hazle vario cortes a la cáscara pa´llá, pa´llá y pa´lla y luego uno largo pa´l otro lado, como si estuvieras tatuando a un camarada o rayando los días que llevas encerrado en la pared de alguna de esas celdas en las que has caído por robarle naranjas a Doña Lencha. Muuuy bien. Listo.

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Ahora, póntela dentro de la boca (pero antes, límpiate el bigotito de tierra y mocos)con la parte blanca pa´fuera y pon cara de pendejo así como lo hago yo. Ekole kua!!! Ya eres un pinche vampiro como esos de las películas del Santo que nomás se ven en tu tele blanco y negro (qué ironía, y esas películas son el blanco y negro, nunca notarás la diferencia) de perilla de esas que le cambias manualmente y se oye prak prak prak. Diviertete.
Juguetes Mi Miseria, juguetes para niños pobres, pero no cochinos!!!

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domingo, febrero 12, 2006

rolón

De chiquillo me gustaban mucho los trabalenguas. Me sabía a la perfección el de Pepe Pecas y el del Rey de Parangaricutirimícuaro y estaba practicando el de los tres tristes tigres porque de repente se me barría la lengua al pronunciarlo. Qué pendejada. Aunque eso me sirvió pa´aprenderme de memoria las tablas de multiplicar. También me gustaba aprenderme las capitales, banderas y monedas de los países del mundo y presumirles a mis amigos, a quienes les valía madre que yo supiera mucho de geografía. Podía pasar horas viendo mapas, globos terráqueos y enciclopedias de animales imaginando cómo serían y qué animales habría en las pequeñas islas que muy apenas se ven en los mapamundis. Era un niño raro. Tan raro que una de las primeras canciones que me gustó y disfrutaba escuchando una y otra vez porque me daba mucha risa, era esta. ¡Báilenle raza!!!


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viernes, febrero 10, 2006

de mi colección de música fina...

Hoy me da mucha hueva echar a andar el cerebrito de molusco que tengo, por eso los dejo con una rolita de mi colección de música naquita, antigüita pero bonita. La cantaba una españolita y su banda de malandros. Disfrútenla, que luego les pondré unas de Nelson Ned, Camilo Sesto, El Pirulí y Fandango. Sobres. Buen fin de semana.



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miércoles, febrero 08, 2006

el mustang 73

Cuando cabía, me gustaba acostarme sobre las bocinas de los asientos traseros de los coches. En ese hueco que forman el vidrio por donde se aleja al camino recorrido, el techo y el respaldo del asiento. Te tengo una sorpresa, m´ijo, me dijo mi padre. Yo tenía como unos 6 años. Un hombre elástico, una autopista Escalestrix, pases para ir al programa de Chabelo y traerme mi avalancha verde y mi dotación de Duvalines o, ya muy jodido, un viejo caballo de palo o un paquete de barajitas para llenar mi álbum de animales. Pensé en muchas sorpresas bien chidas y en muchos regalos, pero nunca en lo que en realidad fue. Bajé con mi papá las escaleras de la casa, abrió la puerta que daba a la cochera tomando mi mano y ahí estaba: un Mustang guindo modelo1973; casi 10 años de viejito tenía el coche pero se veía como Harrison Ford, sin una arruguita y bien conservado el cabrón. También mi jefe se vio bien mamilas con eso de que era una sorpresa y de más, obviamente ese iba a ser su carro y me lo iba a heredar 15 años después, cuando el coche ya tuviera casi 25 años de antigüedad, cuando ya no funcionara del todo bien, cuando ya la gasolina NOVA no existiera y cuando hubiera sido imposible –económicamente- mantener a una máquina de esas. Gracias a dios lo prestó y el güey que se lo pidió lo hizo cagada en la carretera. Pero yo comoquiera estaba bien feliz. Y lo que más me gustó de la sorpresa es cómo me vendió la idea mi papá. Me dijo que ese carro era mío y que le había mandado a hacer un asientito especial para mí, que no era otra cosa más que el chingado recarga brazos que esta entre el asiento del piloto y el del copiloto; pero yo estaba bien creído y ahí me sentaba, en mi asiento hecho a la medida. En aquella época no había tanto pedo con los accidentes ni con el cinturón de seguridad ni madres de esas. Recuerdo haber ido yo parado en el asiento del copiloto sin cinturón de seguridad y acostado sobre las bocinas traseras del coche, tapándole toda visibilidad a mi padre. Chale, ahora mi duda es: o el mundo era muy bonito en aquella época que nunca le sucedía nada malo a la gente o, de plano, se querían deshacer de mí mis padres mandándome a volar por el parabrisas. Snif.

lunes, febrero 06, 2006

juan pestañas

Tendría yo unos 5 años y fuimos a comer a no sé donde y estaba el Show de Juan Pestañas: una gloria regiomontana en el rubro del entretenimiento infantil y de los pocos que no tenía que pintarse de payaso para asustar a los niños. El señor usaba traje rojo de lentejuelas, sombrero rojo de copa de lentejuelas, pelo rizado (esponjado, más bien), lentes con aumento y zapatos de charol. Yo lo veía en la tele porque no había mucho que ver en la tele en aquella época. Además, yo conocía a la perfección toda su discografía, sobre todo, aquella rolita de: “Yo quiero hace pipí, yo quiero hacer pipí papáaaaaa, ya no aguanto más papá, yo me hago aquí”. Rock and roll puro y de lo más pesado. Pues resulta que el señor este de las pestañas largas estaba dando su show en el Club de Leones (ya me acordé dónde) y que se baja del escenario (bueno, era una pinche tarima gacha de madera) y que se lanza al público. No sé si se le haya olvidado la rola porque andaba crudo o porque estaba distraído desvistiendo a una de las meseritas con la mirada, pero el caso es que el John Eyelashes empezó a ir de mesa en mesa para que los niños le ayudaran a cantar las estrofas de sus rolitas. Él cantaba un pedacito y luego le ponía el micrófono en la boca (ejem, pero no como Maikol Jackson) a los niños, quienes completaban la cnción. Pero cuando Juan Pestañas llegó a mi mesa, mis padres emocionados me alentaron: “Ándale Guffo, esa sí te la sabes; ándale, es Juan Pestañas, cántala, m´ijo”. Y me puse a chillar como Guffa por la presión y el pánico escénico. Snif.

sábado, febrero 04, 2006

cero y van dos... casi...

Ignoraba que la señora que me renta el depa y su hijo tenían más de tres días alimentando a una perrita callejera. La perrita se metía a la cochera y se acostaba entre las macetas, bajo las mecedoras y bajo los coches. Hasta hoy me dí cuenta de la existencia de la perrita. Hoy que la atropellé... Tanto que he estado hablando del maltrato a los animales que hoy sábado me cayó una maldita maldición. Me disponía a ir con la banda a echar unos mariscos como a eso de la 1:30 de la tarde. Ya bien bañadito y perjumao, pues que me subo al carro, pongo una rolita de Vicentico muy bonita (hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo, es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo, ya no puedo acercarme a tu boca, sin deseártela de una manera loca), meto reversa y ¡crack!!!, ¡plosh!!!, ¡aaauuuuu, aaauuuuuuuu!!! ¡La perrita!!!. Yaaa valiooo madre… pensé. Me paralicé un instante y, pasado el shock, hice el carro para adelante; me bajé hecho la madre y espantadísimo, casi temblando, esperando ver al animalito todo descuartizado. Salió la señora gritando ¡ya la mató, ya la mató!!! Ahí como pude la saqué de abajo del coche, con la mitad del cuerpo inmóvil y colgándole como trapo, chillando y aullando de una manera horrible. Agarré un cojín que me dió la señora de una de las mecedoras, subí a la cachorrita al carro y le pisé al acelerador rumbo a la clínica de mi papá. En el coche el animalito se tranquilizó un poco. Miren nomás la mirada que me ponía, como diciendo: No me dejes morir, pinche Guffo; no me quiero ir al cielo con el Colibrí, cabrón. No me dejes morir, pinche Guffo. Uta madre… che nudo en la garganta de irla viendo y oyendo chillar durante el trayecto.

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LLegé a la clínica de mi padre y la doctora atendió a la perrita, le tomo unas radiografías, la sedó, le acomodó la patita y al parecer le salió barata la atropellada: nomás un pedo en la cadera y una patita tronada. Le ayudó estar todavía chiquita (tendrá unos 3 meses la perrita) ya que sus huesitos aún son como cartílago, pero sí se va a meter como 2 semanas de rehabilitación ahí en la clínica. Aquí en esta foto sale el Guffo consolando a Solovina y pidiéndole una diculpa por no haberla visto. Snif. Vamos a ver cómo salen las cosas. Ya no podría tener en mi lista la muerte accidental de dos perritos.

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viernes, febrero 03, 2006

la tortuga que agarraron de juguete

Estaba un jeep tipo hummer de color verde estacionado en un pequeño claro entre los helechos y la bóveda de ramas y hojas entrelazadas que tapaba el cielo; de música de fondo, el río corriendo entre los pliegues y huecos de las piedras. No sé si andaban ebrios, drogados o así de estúpido es su comportamiento normal todos los días de todos los años. Nosotros brincábamos de piedra en piedra, de roca en roca, para no mojarnos los tenis y para evitar las partes profundas que pudieran mojarnos los pantalones hasta las rodillas. Yo traía mi cámara colgada al cuello, otro amigo una mochila con toallas y shorts, y otros dos camaradas cargaban una hielera con cervezas y hielo. Se escuchaban las risotadas de los hombres que rodeaban el vehículo militar; soldados, por supuesto. Al cruzar el río y llegar a tierra firme, muy cerca del jeep, nos dimos cuenta de la causa de tanta risa: los soldados –armados con rifles modernísimos y cortes de pelo de cepillo- habían sacado una tortuga del río –de esas que tienen dos manchitas anaranjadas en donde irían las orejas- y jugaban con ella a que la ponían patas pa´rriba sobre el parabrisas del vehículote y la soltaban, deslizándose el quelonio por todo el vidrio y también por el cofre hasta caer al suelo. Repetían el chistecito una y otra vez. La verdad nos dio miedo reprocharles algo por más amables que fueran nuestras palabras y argumentos. Preguntamos a un lugareño -de los pocos que había en aquella época en ese lugar antes de que los corrieran y lo arruinaran haciéndolo “turístico”- por los militares esos y nos dijo que estaban ahí para cuidar del lugar. Y vaya que estaban cumpliendo con su trabajo (sarcasticómetro a punto de tronar). Seguimos caminando río arriba, yo con cierta angustia y mis dos amigos que cargaban la hielera con cierto cansancio. Nos turnamos la hielera. Faltaban como 10 minutos para llegar a la cascada donde nadaríamos. De la tortuga ya no supe nada y de los que velan por el bienestar de este país no creo ni madres.

miércoles, febrero 01, 2006

chistes alowey spoiler


Una pequeña probadita de lo que aparecerá en la revista PONX de febrero. Por cierto, ayer me enteré que a un compañero del trabajo le dicen el "RadioBeep"... por pinche inútil. Posted by Picasa